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6. GRUPO SANGUÍNEO

LA SEGUÍ TODO EL DÍA A TRAVÉS DE LOS OJOS DE OTRAS PERSONAS. Apenas consciente de mi propio alrededor.

            Pero no por los ojos de Mike Newton porque no podía tolerar ver ninguna de sus ofensivas fantasías y no por los ojos de Jessica Stanley porque su resentimiento hacia Bella era irritante. Angela Webber era una buena elección cuando sus ojos estaban disponibles; ella era amable y su cabeza era un lugar pacifico y a veces los profesores eran los que ofrecían la mejor vista.

            Estaba sorprendido, mirándola tropezar a través del día, tropezando con las grietas de las aceras, cayéndosele sus libros y muy seguido tropezando con sus propios pies, de toda la gente que había conocido bella era la más torpe.

            Considerando eso. Era verdad que ella muy seguido tenía problemas para mantenerse de pie y recordé su tropiezo contra el escritorio el primer día, resbalando por el hielo antes del accidente, tambaleándose ayer contra el borde bajo del marco de la puerta. Qué raro, tenían razón. Ella era torpe.

            No sabía por qué eso me resultaba tan gracioso, pero me reí en voz alta mientras caminaba de Historia Americana a Inglés y mucha gente me lanzo miradas extrañas; luego miraban hacia otro lado al encontrarse con mis dientes expuestos. ¿Como no había notado esto antes? Tal vez era porque había algo de gracias en su tranquilidad, la manera en la que ella sostenía la cabeza, el arco de su cuello...

            No hubo nada de gracia en ella en este momento. El Sr. Varner vio como se quedaba atrapado su pie en la alfombra y literalmente cayó sentada en su silla.

            Me reí de ella.

            El tiempo pasaba con increíble lentitud mientras yo esperaba mi oportunidad de verla con mis propios ojos. Finalmente, la campana sonó. Corrí rápidamente a la cafetería para asegurar mi lugar. Fui uno de los primeros en llegar. Escogí la mesa que usualmente estaba vacía y que seguro permanecería de ese modo si yo me sentaba aquí.

            Cuando mi familia entro y me vieron sentado solo en un nuevo lugar, no se sorprendieron. Alice debió advertirles.

            Rosalie pasó a mi lado sin mirarme.

            Idiota.

            Rosalie y yo nunca tuvimos una relación fácil, yo la ofendí en el primer momento en que ella me oyó hablar y todo se fue colina abajo desde ese momento, pero parecía que ella estaba inclusive más molesta de lo usual en los pasados días. Suspiré.            Rosalie hacia que todo fuera sobre ella.

            Jasper me dio una media sonrisa cuando paso a mi lado.

            Buena suerte, pensó dudosamente.

            Emmet puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza.

            Perdió la razón, pobre chico.

            Alice estaba radiante, sus dientes brillando demasiado.

            ¿Ya puedo hablarle a Bella?

            Mantente fuera de esto le dije en voz baja.

            Su rostro se cayó y luego sonrió de nuevo.

            De acuerdo. Cabeza dura. Es solo cuestión de tiempo.

            Suspiré de nuevo.

            No te olvides la actividad en el laboratorio de Biología hoy, ella me recordó.

            Asentí. Me molestó que el Sr. Banner hubiese hecho estos planes. Desperdicié tantas horas en Biología, sentándome allí mientras pretendía que ella no existía; era dolorosamente irónico para mí que me perdería esa hora con ella hoy.

             Mientras esperaba que Bella llegara, la seguí en los ojos del novato que estaba caminando detrás de Jessica en el trayecto a la cafetería. Jessica estaba parloteando acerca del baile que se acercaba pero Bella no dijo nada en respuesta. Tampoco era como si Jessica le hubiera dado la oportunidad de hacerlo.

            En el momento en que Bella entro a la cafetería sus ojos se posaron en la mesa donde estaban mis hermanos. Los miro por un momento y luego su frente se arrugo y sus ojos se dirigieron al piso. Ella aun no me había visto.

            Se veía tan… triste. Sentí una poderosa urgencia de levantarme e ir a su lado, de consolarla de alguna manera. Solo que no tenía idea de que la hacía sentir consolada. Jessica continúo chachareando acerca del baile. ¿Estaba Bella triste porque se lo iba a perder? Eso no parecía probable.

            Pero si eso fuese cierto… deseé poder ofrecerle esa opción. Imposible. La proximidad requerida para un baile sería demasiado peligrosa.

            Ella compro solo una bebida para su almuerzo ¿Eso estaba bien? ¿No necesitaba más nutrición? Nunca había prestado demasiada atención a la dieta humana antes.

            ¡Los humanos eran exasperadamente frágiles! Había como un millón de cosas de las cuales preocuparse.

            Edward Cullen esta mirándote de nuevo—, escuche que dijo Jessica—. ¿Me pregunto por qué se sentara solo hoy?

            Estaba agradecido con Jessica, aunque se veía más resentida ahora porque Bella había levantado la cara y sus ojos buscaron hasta encontrarme.

            No había rastro de tristeza en su rostro ahora. Me deje ilusionar con la idea de que ella había estado triste antes porque pensó que me había ido de la escuela temprano y esa esperanza me hizo sonreír.

            Le indique con mi dedo que me acompañara. Se veía tan sorprendida por esto que quería burlarme de ella de nuevo. Así que le guiñe un ojo y su boca se abrió.

            ¿Se refiere a ti? pregunto Jessica

            Posiblemente necesite ayuda con la tarea de biología—, dijo en una voz baja e insegura—. Um, iré a ver que necesita.

            Esto era casi como otro sí.

            Ella se tropezó dos veces en el camino a mi mesa, aunque no hubiera nada más en su camino que un perfecto suelo de linóleo. En serio ¿Cómo no había notado esto antes? Había estado prestando más atención a sus silenciosos pensamientos, supongo. ¿Qué más me había perdido?

            Ella estaba casi cerca de mi nueva mesa. Traté de prepararme. Mantenlo honesto, mantenlo ligero, me repetí a mí mismo.

            Ella se detuvo detrás de la silla frente a mí, dudando. Tome un respiro por mi nariz esta vez en lugar de por mi boca.

            Siente el ardor, pensé secamente.

            ¿Por qué no te sientas conmigo hoy? le pregunté.

            Ella jalo la silla y se sentó mirándome mientras lo hacía. Se veía nerviosa.  Espere que ella hablara.

            Tomó un momento y finalmente dijo—: Esto es diferente.

            Bueno—… vacile—. Decidí que como de todas maneras me voy a ir al infierno, debería de hacer lo que quisiera.

            ¿Qué me había hecho decir eso? Supongo que eso era honesto... al menos. Quizá hubiese oído la advertencia implícita en mis palabras. Tal vez se diera cuenta de que debía levantarse e irse lo más rápido posible.

            Ella no se levanto. Me miro fijamente esperando como si yo hubiera dejado mí oración a la mitad.

            ¿Sabes que no tengo idea de lo que dices? pregunto cuando yo no continué.

            Eso era un alivio. Sonreí.

            Lo sé.

            Era difícil ignorar los pensamientos que provenían de su espalda y yo quería cambiar de tema de todas maneras.

            Creo que tus amigos están molestos conmigo por secuestrarte.

            Esto no parecía importarle.

            Sobrevivirán.

            Tal vez no te quiera liberar no me había dado cuenta si estaba intentando ser honesto o solo trataba de molestarla de nuevo. Estar cerca de ella hizo difícil que mis pensamientos tuvieran sentido.

            Bella tragó ruidosamente.

            Me reí de su expresión.

            Te ves preocupada.

            Eso realmente no debería ser gracioso... ella debía preocuparse.

            No—, sabía que esto debía ser una mentira. Su voz se quebró traicionándola—. Sorprendida, en realidad... ¿Por qué el cambio?  

            Te lo dije—, le recordé—. Estoy cansado de intentar alejarme de ti, así que me estoy rindiendo.

            Sostuve mi sonrisa en su lugar para lograr un mejor efecto, esto no estaba funcionando, tratar de ser honesto y casual al mismo tiempo.

            ¿Rindiéndote? repitió confundida.

            Si, me cansé de intentar ser bueno—, y aparentemente rindiéndome también de ser casual—. Solo voy a hacer lo que yo quiera hacer y dejar que las cosas pasen como tengan que pasar.

            Eso era lo suficientemente honesto, dejarla ver mi egoísmo y dejar que eso la previniera, también.

            —Me perdiste de nuevo.

            Yo era lo suficientemente egoísta para agradecer que esto fuera el caso.   

            Siempre hablo de más cuando estoy contigo, ese es uno de los problemas.

            Un pequeño e insignificante problema comparado con el resto.

            No te preocupes—, me aseguró—. No entiendo nada de lo que dices.

            Bien. Entonces ella se quedara.

            Cuento con eso.

            Así que, en español ¿Somos amigos ahora?

            Lo pensé durante un segundo.

            —Amigos—… repetí. No me gustaba el sonido de eso. No era suficiente.

            O no murmuro, parecía avergonzada.

            ¿Pensaba que no me gustaba lo suficiente?

            Sonreí.

            Bueno, lo podemos intentar, supongo. Pero te voy a advertir que no soy un buen amigo para ti.

            Espere a su respuesta desgarrado en dos, deseando que ella finalmente hubiera escuchado y entendido, pensando que así lo había hecho. Que melodramático.

            Su corazón latió más rápido

            Dices eso todo el tiempo.

            Si, por que tu no me escuchas—, dije, muy intensamente de nuevo—. Sigo esperando que lo creas, si fueras inteligente, me evitarías.

            Solo podía imaginarme el dolor que sentiría cuando entendiera lo suficiente para tomar la decisión correcta.

            Sus ojos se volvieron más estrictos

            —Creo que te has hecho una opinión de mi intelecto, también.

            No estaba seguro de a qué se refería, pero sonreí en disculpa, adivinando que quizá debí haberla ofendido.

            Así que—… ella dijo lentamente—. Mientras yo no sea... inteligente ¿Podemos intentar ser amigos?

            Eso suena bien.

            Ella miro hacia abajo, mirando fijamente la botella de limonada en sus manos.

            La vieja curiosidad me atormento.

            ¿Qué estas pensando? le pregunté, fue un enorme alivio decir las preguntas en voz alta, al fin. No podía recordar cómo se sentía necesitar oxigeno en mis pulmones, pero me pregunté si el alivio de poder inhalar se sentiría un poco como esto.

            Ella se encontró con mi mirada y su respiración se volvió agitada, mientras sus mejillas se sonrojaban. Inhale, saboreando eso en el aire.

            Estoy intentando descifrar qué eres.

            Mantuve la sonrisa en mi rostro, controlando mis facciones de ese modo mientras el pánico corría por mi cuerpo.

            Por supuesto que se preguntaba eso. Tenía una mente brillante. No podía esperar que ella olvidara algo tan obvio.

            ¿Estas teniendo suerte con eso? le pregunte lo más despreocupado que pude.

            No mucha admitió.

            Me reí con algo de alivio.

            —¿Cuales son tus teorías?

            No podían ser peores que la verdad, no importaba que se le hubiera ocurrido.

            Sus mejillas se volvieron rojas y no dijo nada.

            Podía sentir el calor de su sonrojo en el aire.

            Trataría de usar mi tono persuasivo. Funcionaba bien en los humanos normales.

            ¿No me dirás? le sonreí animándola.

            Ella sacudió su cabeza.

            —Es demasiado vergonzoso.

            Ugh. No conocía que pudiera ser más horrible. ¿Por qué sus especulaciones la avergonzarían?

            Eso es realmente frustrante ¿sabes?

            Mi queja encendió algo en ella. Sus ojos brillaron y las palabras salieron mas suave de lo usual.

            No, no puedo imaginar por qué eso sería frustrante, solo porque alguien se niega a decirte lo que está pensando, inclusive si mientras tanto hubiera hecho comentarios crípticos diseñados para mantenerte despierto toda la noche preguntándote que podrían significar... ahora ¿Por qué habría de ser frustrante?

            Fruncí el ceño. Molesto por darme cuenta de que ella tenía razón. No estaba siendo justo. Ella no podría saber las limitaciones y lealtades que ataban mi lengua, pero es no cambiaba lo dispar de la situación.

            Ella continuó—: O mejor, digamos que esa persona hizo un montón de cosas extrañas, desde salvar tu vida bajo imposibles circunstancias un día y al siguiente tratarte como a una paria y nunca explicar ninguna de las dos, aunque lo hubiera prometido, eso, tampoco, sería nada frustrante.

            Ese era el discurso más largo que le había oído decir y me dio otra cualidad para agregar a mi lista.

            ¿Tienes un poco de temperamento, verdad?

            No me gustan la doble moral.

            Su irritación estaba completamente justificada, por supuesto.

            Miré fijamente a Bella, preguntándome como podría hacer algo bueno para ella hasta que el silencioso tiroteo proveniente de la cabeza de Mike Newton me distrajo. Era tan irritante, tan inmaduramente vulgar que me hizo reír de nuevo.

            ¿Qué? demandó.

            Tu novio cree que estoy molestándote, se debate si debería o no venir e interrumpir nuestra conversación.

            Me hubiese encantado ver como lo intentaba, me reí de nuevo.

            No sé de quién me hablas—, me dijo de manera cortante—. Pero estoy segura de que estas equivocado de todas maneras.

            Estaba disfrutando el modo en que ella lo rechazaba en una sola oración indiferente.

            No lo estoy, ya te lo dije, la mayoría de la gente es muy fácil de leer.

            Excepto yo, por supuesto.

            Si, excepto tú—, ¿Tenía que ser ella la excepción de todo? —. ¿Me pregunto por qué será?

            Mire fijamente sus ojos intentando de nuevo.

            Ella miro hacia otro lado. Abrió su limonada y tomo un pequeño sorbo, sus ojos estaban fijos en la mesa.

            ¿No tienes hambre? le pregunté.

            No—, respondió mirando el espacio vacío entre nosotros—. ¿Y tú?

            No, no estoy hambriento le dije, definitivamente no lo estaba.

            Ella miro fijamente la mesa con los labios apretados, esperé.

            ¿Me podrías hacer un favor? preguntó encontrándose con mi mirada de nuevo de pronto.

            ¿Que podría querer de mi? ¿Me pediría la verdad que no tenia permitido decirle? ¿La verdad que no quería que supiera nunca, nunca?

            Eso depende de lo que quieras.

            No es mucho me prometió.

            Espere, con la curiosidad doliéndome.

            Solo me preguntaba—… dijo lentamente, mirando la botella de limonada, trazando líneas con su dedo meñique—. ¿Si podrías advertirme la próxima vez que decidas ignorarme, es por mi propio bien? Solo para estar preparada.

            ¿Quería una advertencia? Entonces ser ignorada por mí era algo malo. Sonreí.

            —Me parece justo acepté.

            Gracias—, dijo, mirando hacia arriba. Su cara era tan reveladora que quise reír por mi propio alivio.

            ¿Entonces puedo pedirte un favor a cambio? pregunté esperanzado.

            Uno me concedió.

            Cuéntame una de tus teorías.

            Se sonrojo.

            Eso no.

            No hiciste excepciones, solo prometiste una respuesta argumenté.

            Y tú has roto promesas antes argumento de vuelta.

            Ella me tenia donde quería.

            Solo una teoría, prometo no reírme.

            Lo harás ella parecía muy segura de eso, aunque no podía imaginar algo que fuera gracioso.

            Le di a la persuasión otro intento, mire fijamente sus ojos, una cosa fácil de hacer con ojos tan profundos y susurré—: ¿Por favor?

            Ella pestañeo y su cara se puso totalmente en blanco.

            Bueno esa no era la reacción que yo esperaba.

            "Eh... ¿Qué? preguntó un segundo después, se veía un poco mareada. ¿Que le ocurría?

            Lo intenté de nuevo.

            Por favor cuéntame una teoría le pedí en mi suave y para nada terrorífica voz, atrapando su mirada en la mía.

            Para mi sorpresa y satisfacción finalmente funciono.

            Um, bien ¿te ha mordido una araña radioactiva?

            ¿Historietas? Con razón ella creía que me iba a reír.

            Eso no es muy creativo le dije intentando esconder mi alivio.

            Lo siento, es todo lo que tengo dijo ofendida.

            Eso me alivio inclusive más, podía hacerle otra broma.

            No estás nada cerca.

            ¿Nada de arañas?

            Nop.

            ¿Ni radioactividad?

            Nada.

            Demonios dijo.

            La kriptonita tampoco me afecta le dije rápidamente. Antes de que empezara a preguntar por mordiscos, y entonces dejé salir una carcajada porque ella creía que yo era un superhéroe.

            Se suponía que no te ibas a reír ¿recuerdas?

            Presione mis labios.

            Lo descubriré eventualmente prometió.

            Y cuando lo hiciera, huiría.

            Desearía que no lo hicieras dije y toda la broma desapareció.

            Porque...

            Le debía honestidad y aun así trate de sonreír para que las palabras sonaran menos amenazantes.

            ¿Qué pasaría si no fuera un superhéroe y si fuera el chico malo?

            Sus ojos brillaron por un segundo y sus labios se abrieron un poco.

            Oh—, dijo y luego de otro segundo—. Ya veo.

            Ella finalmente me había escuchado.

            ¿Si? pregunté trabajando en ocultar mi agonía.

            ¿Eres peligroso? ella adivino. Su aliento empezó a acelerarse y su corazón a latir más rápido.

            No podía responder a eso ¿Sería este mi último momento con ella? ¿Huiría ahora? ¿Podría permitirme decirle que la amo antes de que se fuera? ¿O eso la asustaría más?

            Pero no malo—, susurró, negando con la cabeza, sin ningún miedo evidente en sus ojos claros—. No, no creo que seas malo.

            Te equivocas respondí.

 

            Por supuesto que era malo. ¿Me estaba regocijando ahora que ella pensaba mejor de mí de lo que me merecía? Si fuese una buena persona, me hubiese mantenido alejado de ella.

            Estiré mi mano a través de la mesa, tomando la tapa de su botella de limonada como excusa. Ella no se alejó de la cercanía repentina de mi mano. Realmente no tenía miedo de mí. Aún no.

            Levanté la tapa y la miré en vez de a ella. Mis pensamientos gruñían.

            Corre, Bella, corre. No podía lograr decir las palabras en voz alta.

            Ella se puso de pie. Justo cuando creía que  ella había oído, de alguna manera, mi advertencia silenciosa.

             Vamos a llegar tarde dijo.

            No voy a ir a clases.

            ¿Por qué no?

            Porque no te quiero matarEs saludable saltarse clases de vez en cuando.

            Para ser preciso, era más saludable para los humanos que los vampiros faltaran los días que la sangre humana iba a estar salpicando por ahí. El examen del grupo sanguíneo del Sr. Banner era hoy. Alice ya había faltado a su clase de la mañana.

            Bueno, yo si voy dijo. Eso no me sorprendió. Ella era muy responsable, ella siempre hacía lo correcto.

            Era lo opuesto a mí.

            Entonces te veo luego dije, tratando de sonar casual, mirando fijamente la tapa que giraba. Por favor, cuídate. Por favor, nunca me dejes.

            Ella dudo y yo pensé por un momento que ella había decidido quedarse conmigo después de todo. Pero la campana sonó y se apresuró.

            Espere hasta que ella se había ido, entonces puse la tapa en mi bolsillo, un recuerdo de esta tan consecuente conversación y camine a través de la lluvia hacia mi auto.

            Puse mi disco favorito de música calmada, el mismo que escuche el primer día, pero no escuche por mucho tiempo las notas de Debussy. Otras notas estaban corriendo dentro de mi cabeza, el fragmento de un tono que me alegraba e intrigaba. Apague el equipo de sonido y escuche la música que sonaba en mi cabeza, tocando el fragmento mientras se convertía en una armonía completa. Instintivamente, mis dedos se movieron en el aire sobre teclas de un piano imaginario.

            La nueva composición estaba realmente surgiendo sola cuando mi atención fue atrapada por una ola de angustia mental.

            ¿Se va a desmayar? ¿Qué hago? Mike entró en pánico.

            A unos cien metros, Mike Newton estaba bajando el cuerpo de Bella hacia la acera. Ella se recostó irresponsablemente sobre el concreto, sus ojos estaban cerrados, su piel blanca como un cadáver.

            Casi arranque la puerta del auto.

            ¿Bella? grité.

            No hubo ningún cambio en su rostro sin vida cuando grite su nombre.

            Todo mi cuerpo se volvió más frió que el hielo. Esto era como la confirmación de cualquier ridícula situación que había imaginado. En el preciso momento en que desapareció de mi vista…

            Fui consciente de la sorpresa agravada de Mike mientras examinaba furiosamente sus pensamientos. Él solamente pensaba en su furia hacia mí, así que no podía saber qué le pasaba a Bella. Si él había hecho algo para herirla, podría aniquilarlo. No serían capaces de encontrar ni siquiera el fragmento más pequeño de su cuerpo.

            ¿Qué le pasa? ¿Está herida? demande saber, tratando de concentrarme en sus pensamientos. Era enfurecedor caminar a paso humano. No debía de haber llamado la atención antes de acercarme.

            Entonces pude oír su corazón latiendo e inclusive su respiración. Mientras miraba ella apretaba los ojos fuertemente. Eso borro algo de mi pánico.

            Vi algunas memorias de la cabeza de Mike, un chorro de imágenes del laboratorio de Biología. La cabeza de Bella contra la mesa, su pálida piel volviéndose verde. Gotas de rojo cayendo en tarjetas blancas.

            Pruebas de sangre.

            Me detuve donde estaba, reteniendo mi aliento. Su esencia era una cosa pero su sangre era otra.

            Creo que se desmayo—, Mike dijo ansioso y resentido al mismo tiempo—. No sé qué le pasó. Ni siquiera pincharon su dedo.

            El alivio me refresco y respire de nuevo, saboreando el aire. Ah, podía oler un poco la pequeña herida del dedo de Mike. Hace tiempo, eso podría haberme atraído.

            Me arrodille a un lado de ella, mientras Mike esperaba ceñudo junto a mí, furioso por mi intervención.

            Bella ¿Puedes oírme?

            No—, gimió—. Vete.

            El alivio era tan exquisito que me reí. Ella estaba bien.

            La estaba llevando a la enfermería—, dijo Mike—. Pero no quiso caminar más.

            Yo la llevare, tu vuelve a clase dije despidiéndolo.

            Los dientes de Mike se apretaron.

            No, se supone que yo haga eso.

            Yo no me iba a quedar por aquí discutiendo con el cretino.

            Emocionado y aterrorizado, medio agradecido y medio confundido por el predicamento que hacía que tocarla fuese una necesidad, gentilmente levante a Bella de la acera y la sostuve en mis brazos, tocando solamente su impermeable y pantalones, manteniendo la mayor distancia posible entre nuestros cuerpos. Estaba cruzando el espacio con el mismo movimiento, apresurado por mantenerla a salvo, lejos de mí en otras palabras.

            Sus ojos se abrieron, sorprendidos.

            Bájame ordenó en una voz débil, avergonzada de nuevo, supuse por su expresión. Pero su cuerpo estaba tan débil que dudé que pudiese mantenerse en pie por sí sola, mucho menos caminar.

            Ignoré las protestas de Mike detrás de nosotros.

            Te ves horrible le dije sonriendo abiertamente porque no había nada malo con ella más que un pequeño asomo de un estómago débil.

            Devuélveme a la acera dijo, sus labios estaban blancos.

            Así que te desmayas al ver sangre —dije con un poco de ironía.

            Cerró los ojos y presionó sus labios.

            Y ni siquiera es tu propia sangre añadí ensanchando más mi sonrisa.

            Llegamos a la oficina principal, la puerta estaba abierta una pulgada y la patee para entrar.

            La Sra. Cope brinco asustada.

            Oh, Dios murmuró mientras examinaba a la chica cenicienta en mis brazos.

            Se desmayó en Biología le expliqué, antes de que su imaginación llegara muy lejos.

            La Sra. Cope de apresuro a abrir la puerta de la enfermería. Los ojos de Bella estaban abiertos de nuevo mirándola. Escuche la sorpresa interna de la enfermera mientras recostaba a la chica cuidadosamente en la única camilla. En cuanto Bella estuvo lejos de mis brazos puse la anchura de la habitación entre nosotros. Mi cuerpo estaba muy emocionado, muy ansioso, mis músculos tensos y el veneno fluyendo. Ella era muy cálida y aromática.

            Sufrió un pequeño desmayo dije tranquilamente a la Sra. Hammond—. Están haciendo examen de grupo sanguíneo en Biología.

            Ella asintió, entendiendo ahora.

            Siempre le pasa a alguien".

Sofoque una risa. Tenía que ser Bella ese alguien.

            Solo recuéstate por un minuto, querida—, dijo la Sra. Hammond—. Se te pasara.

            Lo sé dijo Bella.

            ¿Te ocurre a menudo? preguntó la enfermera.

            A veces admitió Bella.

            Trate de esconder mi risa tosiendo.

            Esto atrajo hacia mí la atención de la enfermera.

            Te ya puedes volver a clase me dijo.

            La miré fijamente a los ojos y le mentí con una perfecta confianza.

            Se supone que me debo quedar con ella.

            Hmm... Me preguntó... Oh, está bien. La Sra. Hammond asintió.

            Funcionó tan bien en la enfermera. ¿Por qué Bella tenía hacer todo tan difícil?

            Te traeré algo de hielo para tu frente, querida dijo la enfermera suavemente, un poco incomoda al mirarme a los ojos, del modo en que se suponía que los humanos debían reaccionar y dejo el cuarto.

            Tenías razón Bella gimió, cerrando sus ojos.

            ¿A qué se refería? Salte a la peor conclusión, había aceptado mis advertencias.

            Usualmente la tengo—, dije tratando de mantener el tono divertido en mi voz. Sonó agrio—. ¿Pero en qué particularmente esta vez?

            Saltarse clases es saludable —suspiró.

            Ah, alivio de nuevo.

            Entonces se quedo callada. Solo respiraba lentamente, inhalaba y exhalaba. Sus labios estaban comenzando a ponerse rosados. Su boca estaba un poco fuera de balance, su labio inferior era un poco más relleno que el superior, mirar su boca. Me hizo sentir extraño, me hacia querer acercarme a ella, lo cual no era una gran idea.

            Me asustaste por un minuto haya afuera—, dije tratando de renovar la conversación. El silencio era doloroso en un modo extraño, dejándome solo sin su voz—. Pensé que Newton estaba arrastrando tu cadáver para enterrarlo en el bosque.

            Ja. Ja. respondió.

            Honestamente, he visto cadáveres con mejor aspecto que tú—, esto era en realidad verdad—. Estaba preocupado porque quizá iba a tener que vengar tu muerte

            Y lo habría hecho.

            Pobre Mike—, ella suspiró—. Apuesto a que está molesto.

            La furia se apodero de mí, pero la contuve rápidamente. Su preocupación seguramente era solo lástima. Ella era amable. Eso era todo.

            Él me detesta completamente le dije, animado por la idea.

            No puedes saber eso.

            Vi su cara, puedo darme cuenta eso era probablemente verdad, que leyendo su cara podría haberme dado la suficiente información para hacer esa deducción en particular. Toda esta práctica con Bella me estaba ayudando a perfeccionar esa capacidad.

            ¿Cómo me viste? Pensé que te estabas saltando las clases —su cara se veía mejor, el verde se había ido de su piel transparente

            Estaba en mi auto escuchando un disco.  

            Su boca se torció, como si mi respuesta ordinaria la hubiera sorprendido de alguna manera.

            Abrió los ojos de nuevo cuando la Sra. Hammond entro con un paquete de hielo.

            Aquí tienes, querida—, dijo la enfermera mientras la ponía en la frente de Bella—. Ya te ves mejor.

            Creo que ya estoy bien dijo Bella sentándose y quitándose el paquete de hielo.

            Por supuesto. No le gusta que nadie cuidara de ella.

            Las manos arrugadas de la Sra. Hammond revolotearon alrededor de la chica, como si fuera a empujarla hacia abajo, pero en ese momento la Sra. Cope abrió la puerta y entro, con un fresco aroma a sangre, solo un soplo.

            Invisible en la oficina detrás de mí, Mike Newton seguía bastante enojado, deseando que el pesado chico que cargaba fuera la chica que estaba conmigo.

            Tenemos otro dijo la Sra. Cope.

            Bella rápidamente salto de la camilla, agradecida de no ser el centro de atención.

            Aquí tiene—, dijo devolviéndole la compresa fría a la Sra. Hammond—. No la necesito más.

            Mike gruño mientras medio cargaba a Lee Stevens a través de la puerta. La sangre le seguía goteando de la mano con la que se sostenía la cabeza chorreándose por su muñeca.

            Oh no—, esta era mi señal para salir y parecía que también para Bella—. Salgamos de aquí, Bella.

            Ella me miro fijamente con ojos perplejos.

            Confía en mí, vamos.

            Ella salió antes de que se cerrara la puerta, apresurándose hacia la oficina. La seguí solo unos centímetros por detrás, su cabello suelto rozo mi mano...

            Ella se volteó para mirarme aún insegura.

            Me hiciste caso esa era la primera vez.

            Su pequeña nariz se arrugó.

            Olí la sangre.

            La miré con sorpresa absoluta.

            La gente no puede oler la sangre.

            Bueno, yo si puedo, es lo que me pone mal. Huele como a oxido y a sal.

            Mi rostro se congeló aún mirándola fijamente.

            ¿Era ella humana si quiera? Se veía humana. Se sentía suave como una humana. Olía como una humana, bueno, mejor en realidad. Actuaba como humana… más o menos. Pero no pensaba como humana o respondía como una.

            ¿Aunque, qué otra opción había?

            ¿Qué? —demandó.

            Nada.

            Mike Newton nos interrumpió, entrando en la habitación resentido, con pensamientos violentos.

            Te ves mejor dijo con un poco de rudeza.

            Mi mano se estremeció, queriendo enseñarle algunos modales. Tendría que controlarme mejor o podría terminar matando a este chico fastidioso.

            Ocúpate de tus asuntos dijo ella, por un instante pensé que me estaba hablando a mí.

            Nadie más está sangrando—, respondió con mal humor—. ¿Vas a regresar a clases?.

            ¿Estas bromeando? Tendría que dar la vuelta y regresar.

            Eso estaba bien. Pensé que iba a perderme esta hora con ella y ahora tengo tiempo extra, se sentía genial. Un regalo que obviamente no me merecía.

            Si, supongo—, Mike murmuró—. ¿Irás este fin de semana? ¿A la playa?.

            ¿Qué era esto? Tenían planes. La ira me congeló en el sitio. Sin embargo era un viaje en grupo, Mike estaba pensando en los otros invitados, contando los lugares. No eran solo ellos dos. Eso no ayudó con mi furia, me recargue en el mostrador sin ninguna emoción, tratando de controlarme.

            Seguro, te dije que iría le prometió ella.

            Así que le había dicho que si a él, los celos me quemaban, más que la sed.

            Nos encontraremos en la tienda de mi padre a las 10:00. Y Cullen NO está invitado.

            Estaré allí dijo ella.

            Te veré en gimnasia, entonces.

            Nos vemos ella contestó.

            Él se fue hacia sus clases, sus pensamientos estaban llenos de ira: ¿Qué ve ella en ese fenómeno? Seguro, es rico, supongo. Las chicas creen que él es guapo, pero no veo eso. Demasiado... demasiado perfecto. Apuesto a que su papá experimenta en todos ellos con cirugías plásticas. Por eso es que son tan pálidos y guapos. Eso no es natural. Además él es como... aterrador. A veces cuando me mira podría jurar que está pensando en matarme... fenómeno...

            Mike no era totalmente despistado.

            Gimnasia Bella repitió quietamente con un gemido.

            La mire, parecía que estaba triste por algo otra vez, no estaba seguro por qué, pero era claro que no quería ir con Mike a la siguiente clase y yo tenía un plan para ello.

            Fui a sentarme a un lado de ella acercándome un poco cerca de su rostro, sintiendo el calor de su piel radiando hacia mis labios, no me atreví a respirar.

            Me puedo ocupar de eso—, murmuré—. Ve a sentarte y aparenta estar pálida.

            Ella hizo lo que le pedí, sentándose en una de las sillas plegables y recargando su cabeza contra la pared, mientras tanto la Sra. Cope salió de la enfermería y fue a su escritorio. Con los ojos cerrados, Bella parecía como si se hubiera desmayado de nuevo, su color aun no había regresado.

            Me volví hacia la secretaria. Con suerte Bella estaría prestando atención esta vez, pensé con sarcasmo. Así era como un humano se suponía que debía responder.

            ¿Sra. Cope? pregunte usando mi más persuasiva voz de nuevo.

            Sus pestañas revolotearon y su corazón latió más rápido. Contrólate.

            —¿Si?

            Eso fue interesante. Cuando el pulso de Shelly Cope se aceleraba, era porque ella me encontraba físicamente atractivo, no porque estuviera asustada. Estaba acostumbrado a eso rodeado de hembras humanas, esas que de algún modo se aclimataban a mi clase luego de continua exposición… Aún así no había considerado esa explicación para los acelerados latidos del corazón de Bella.

            Me gustaba eso, demasiado a decir verdad. Sonreí y la respiración de la Sra.

Cope se volvió ruidosa.

            Bella tiene gimnasia en la próxima hora y no creo que se sienta muy bien aún, a decir vedad estoy pensando en llevarla a casa ahora. ¿Podría dispensarla de su clase?

            La mire fijamente a los ojos, disfrutando del estrago que esto provocaba en el proceso de su pensamiento. ¿Era posible que Bella...?

            La Sra. Cope tuvo que aclararse la garganta ruidosamente antes de responder.

            ¿Necesitas que te dispense a ti también, Edward?

            No, tengo clase con la Sra. Goff, a ella no le importará.

            No estaba prestándole mucha atención. Ahora estaba explorando esta nueva posibilidad.

            Hmm, me gustaba pensar que Bella me encontraba atractivo como las otras humanas, pero ¿Cuándo tuvo Bella las mismas reacciones que las otras humanas? No debía esperanzarme mucho.

            De acuerdo, está listo, espero que te sientas mejor Bella.

            Bella asintió despacio, sobreactuando un poquito.

            ¿Puedes caminar o quieres que te cargue de nuevo? le pregunté bromeándola por su pobre actuación, sabía que querría caminar, no quería parecer débil.

            Caminaré respondió.

            Correcto de nuevo.

            Ella se levanto, dudando por un momento como chequeando su equilibrio. Detuve la puerta para que ella saliera y caminamos hacia la lluvia.

            La miré levantar la cara hacia la llovizna con los ojos cerrados y con una pequeña sonrisa en los labios. ¿Qué estaría pensando? Algo de su reacción me parecía fuera de lugar y rápidamente me di cuenta por qué esa postura no me parecía familiar. Las chicas normales no levantan sus caras hacia la lluvia de esa forma; las chicas normales usan maquillaje, inclusive en este lugar tan húmedo.

            Bella nunca usaba maquillaje, tampoco es que debiera. La industria de los cosméticos ganaba billones al año porque las mujeres trataban de tener pieles como la de ella.

            Gracias—, dijo ella sonriéndome—. Casi vale la pena estar enferma para no ir a gimnasia.

            Miré a través del campus pensando como alargar este momento.

            Cuando quieras dije.

            ¿Irás? Este sábado ¿quiero decir? sonaba esperanzada.

            Ah, su esperanza era un calmante para mis celos. Ella quería que fuera con ella y no Mike Newton y quería decir si. Pero había tantas cosas para considerar: Primero, estaría soleado este sábado.

            ¿A dónde irán exactamente? traté de mantener mi voz sin cambios, como si no importara mucho. Mike había dicho playa, sin embargo. No había muchas maneras de evadir el sol allí. Emmett estaría irritable si cancelaba nuestros planes pero eso no me detendría si había alguna manera de pasar tiempo con ella.

            Allá abajo, a La Push, a la Playa First.

            Entonces, era imposible.

            Controlé mi decepción y bajé la mirada hacia ella, sonriendo irónicamente.

            Creo que no estoy invitado.

            Ella suspiró, resignada.

            Acabo de invitarte  .

            No abusemos mas del pobre Mike entre tú y yo esta semana. No vaya a romperse.

            Me imaginé a mi mismo rompiendo al pobre Mike, disfrutando la imagen mental intensamente.

            El blandengue de Mike dijo ella de nuevo. Sonreí ampliamente.

            Y entonces, ella empezó a alejarse de mí.

            Sin pensar en mi acción la alcance y la sujeté por la parte de atrás de su impermeable. Ella se detuvo.

            ¿A dónde crees que vas? estaba molesto, casi enojado, porque ella me estaba dejando. Aún no había tenido suficiente tiempo con ella.

            Me voy a casa dijo como si se preguntará por que esto me molestaba.

            ¿No me escuchaste decir que te llevaría en casa a salvo? ¿Piensas que te voy a dejar conducir en ese estado?

            Sabía que no le agradaría eso, mi implicación de debilidad por su parte. Pero de todas maneras necesitaba practicar para nuestro viaje a Seattle. Ver si podía manejar su proximidad en un espacio cerrado. Esto era un viaje mucho más corto.

            ¿Qué estado? Preguntó—. ¿Y qué hay con mi camioneta?

            Le diré a Alice que la lleve después de la escuela.

            La jalé hacia mi auto suavemente, como si supiera que caminar hacia adelante fuera un problema para ella.

            ¡Déjame! dijo moviéndose hacia los lados como si fuera a tropezar. Mantuve una mano fuera para atraparla, pero ella se equilibro antes de que fuera necesario. No debería de estar buscando excusas para tocarla. Eso me hizo pensar de nuevo en la reacción de la Sra. Cope hacia mí, pero lo archivé para más tarde. Había mucho para considerar en ese frente.

            La dejé tal y como me lo pidió y luego me arrepentí. Ella inmediatamente se tropezó y trastabilló hacia la puerta del pasajero de mi auto. Tendría que ser mucho más cuidadoso con ella, tomar en cuenta su pobre equilibrio.

            ¡Eres tan insistente!

            Ella tenía razón, mi comportamiento era extraño y esa era la descripción amable. ¿Me diría ahora que no?

            Esta abierto.

            Me acomodé en mi lugar y encendí el auto. Ella mantuvo rígidamente su cuerpo, todavía afuera aunque la lluvia había arreciado y yo sabía que a ella no le gustaba el frío y la humedad. El agua estaba escurriendo por su cabello oscureciéndolo hasta ser casi negro.

            Soy perfectamente capaz de manejar a casa.

            Por supuesto lo era, pero ansiaba su tiempo de una manera en la que no había deseado nada antes. No inmediato y demandante como la sangre, esto era algo diferente, un tipo de deseo diferente y tipo diferente de dolor.

            Ella se estremeció.

            Baje la ventanilla del pasajero y me incliné hacia ella.

            —Por favor, entra, Bella.

            Entrecerró sus ojos y supuse que se estaba debatiendo en si debía o no correr.

            Te arrastraría de vuelta bromeé, preguntándome si mi adivinanza fue correcta. La consternación en su rostro me dijo que sí.

            Su barbilla se tensó en el aire, ella abrió su puerta y subió. Su pelo goteo en la tapicería y sus botas rechinaron una contra la otra.

            Esto es completamente innecesario dijo fríamente. Creí que estaba más avergonzada que realmente enojada. ¿Mi comportamiento estaba completamente fuera de lugar? Creí que estaba bromeando, que estaba actuando como el chico adolescente atontado promedio pero, ¿Qué si lo estaba haciendo todo mal? ¿Se sentía coaccionada? Me di cuenta que tenía todas las razones para sentirse así.

            No sabía cómo hacer esto, como cortejarla como un hombre moderno y normal del año 2005.  Como humano, solo aprendí las costumbres de mi época. Gracias a mi extraño don, sabía bastante bien cómo pensaban las personas ahora, lo que hacían, cómo antuaban, pero cuando trataba de actuar casual y moderno, todo parecía incorrecto. Probablemente porque yo no era normal o moderno o humano. Tampoco es como si hubiese aprendido algo útil de mi familia. Ninguno de ellos ha tenido nada cercano a un cortejo normal, incluso exceptuando las otras dos calificaciones.

            Rosalie y Emmett han tenido el cliché, la clásica historia de amor a primera vista. Nunca ha habido un momento en que alguna se haya cuestionado lo que eran el uno para el otro. En el primer segundo en el que Rosalie vio a Emmett fue arrastrada por la inocencia y honestidad que había evadido su vida y ella lo quería. En el primer segundo que Emmett vio a Rosalie, él vio una diosa a la que había adorado desde entonces. Nunca ha habido una primera conversación incómoda, llena de dudas, nunca se han mordido las uñas en un momento de espera por un sí o un no.

            La unión de Alice y Jasper fue incluso menos normal. Durante los 28 años antes de que se conocieran, Alice ya sabía que amaría a Jasper. Ella vio años, décadas, centenarios, de futuro de sus vidas juntos y Jasper, sintiendo todas sus emociones durante esa larga espera, la pureza y certeza; y profundidad de su amor no pudo más que abrumarlo. Se debe haber sentido como un tsunami para él.

            Carlisle y Esme han sido un poco más típicos que los otros, supongo. Esme ya estaba enamorada de Carlisle, para sorpresa de él, pero no a través de nada místico ni mágico. Ella conoció a Carlisle siendo una niña y atrapada por su caballerosidad y belleza sobrecogedora, formó una atracción que la persiguió por el resto de su vida humana. La vida no fue amable con Esme, así que no era sorpresa que este recuerdo dorado de un buen hombre no fuese sido suplantado en su corazón. Después del tormento de la transformación, cuando despertó para ver la cara de su tan anhelado sueño, sus afectos fueron enteramente de él.

            Estuve presente para prevenir a Carlisle de su imprevista reacción. Él esperaba que ella estuviese en shock por su transformación, traumatizada por el dolor, horrorizada de ver en lo que se había convertido, más de lo que yo estaba. Él esperaba tener que explicarle y disculparse, de calmar expiar. Él sabía que había una buena opción de que ella prefiría haber muerto, que lo despreciara por la decisión tomada sin su consentimiento ni entendimiento. Así que el hecho de que ella estuviera inmediatamente preparada para unirse a esta vida, no vida realmente, pero unirse a él, no era algo para lo que él estaba preparado.

            Él nunca se había visto a sí mismo como posible objeto de romance y amor antes de ese momento. Parecía contrario a lo que él era, un vampiro, un monstruo. Él entendimiento que le di cambio el modo en que miró a Esme y el modo en el que se veía a sí mismo.

            Más allá de eso, era realmente algo poderoso, escoger salvar a alguien. No era una decisión que cualquier individuo cuerdo tomara a la ligera. Cuando Carlisle me escogió, él ya había sentido una docena de emociones que lo ataron a mí incluso antes de que yo despertara a la conciencia de lo que había pasado. Responsabilidad, ansiedad, ternura, lástima, esperanza, compasión… había un sentido de propiedad en ese acto, que nunca había experimentado, solo lo había oído a través de sus pensamientos y los de Rosalie. Él ya se sentía como mi padre antes de que yo supiera su nombre. Para mí, era algo sin esfuerzo e instintivo encajar en mi papel de hijo. El amor vino fácilmente, aunque siempre atribuí eso a quién fue él como persona más que a él iniciando la conversación.

            Así que ya fuera por estar razones o simplemente fuee porque Carlisle y Esme estaban destinados a estar juntos… incluso con mi don para oír todo tal cual era, nunca lo sabría. Ella lo amaba y el rápidamente descubrió que podría regresarle ese amor. Fue un corto periodo de tiempo antes de que su sorpresa se transformara en admiración, a descubrimiento y luego a romance. Mucha felicidad.

            Solo momentos de fácil superada incomodidad, todo se suavizó con la ayuda de un poquito de lectura de mente. Nada más incómodo que esto. Ninguno de ellos más despistado y sin idea de lo que hacía que yo.

            No había pasado un segundo completo mientras estas parejas menos complicadas pasaron por mi mente; Bella apenas estaba cerrando su puerta. Rápidamente subí la calefacción para que no estuviera incómoda y puse la música a un volumen como de fondo. Maneje hacia la salida, mirándola de reojo. Su labio inferior estaba fruncido con terquedad.

            De pronto ella miró el equipo de sonido con interés y sonrió. Su expresión malhumorada desapareció.

            ¿Claro de Luna? —preguntó.

            ¿Una admiradora de los clásicos?

            ¿Conoces a Debussy?

            No muy bien—, dijo—. Mi madre pone música clásica en casa, solo conozco a mis favoritos.

            Es uno de mis favoritos también.

            Miré fijamente la lluvia, considerando eso. En realidad tenía algo en común con la chica. Estaba empezando a pensar que éramos lo opuesto en todo.

            Ella parecía más relajada ahora, mirando la lluvia como yo, con los ojos ciegos. Use esa distracción momentánea para experimentar con la respiración.

            Inhale cuidadosamente por la nariz.

            Potente.

            Apreté el volante más fuerte. La lluvia la hacía oler aún mejor. No podía creer que eso fuese. Mi lengua hormigueó por la anticipación del sabor.

            El monstruo no estaba muerto, descubrí con disgusto. Solo aguardando su momento.

            Traté de tragar por encima del ardor en mi garganta. No ayudó. Esto me enfureció. Tenía tan poco tiempo con la chica. Mira todo lo que ya tuve que hace para asegurar unos quince minutos extra. Tomé otra bocanada de aire y peleé contra mi reacción. Tenía que ser más fuerte que esto.

            ¿Qué estaría haciendo si no fuese el villano de esta historia? Me pregunté. ¿Cómo estaría usando este valioso tiempo?

            Estaría aprendiendo más sobre ella.

            ¿Cómo es tu madre? pregunté.

Bella sonrió.

            Se parece mucho a mí, pero es más bonita.

            La miré con escepticismo.

            Tengo demasiado de Charlie en mí—, ella continuó—. Ella es más extrovertida que yo y más valiente.

            Extrovertida, lo creía. ¿Más valiente? No estaba seguro.

            Es irresponsable, un tanto excéntrica y una cocinera impredecible. Es mi mejor amigasu voz de volvió melancólica, su frente se crispo.

            Tal y como había notado antes, su tono nuevamente sonaba más como el de un padre que de un hijo.

            Me detuve frente a su casa, muy tarde para preguntarme si se suponía que yo sabía donde vivía. No, esto no debía de ser extraño en un pueblo pequeño siendo su padre era una figura pública.

            ¿Cuántos años tienes, Bella? debía ser mayor de lo que parecía. A lo mejor entro tarde a la escuela o había repetido... aunque eso tampoco era probable, siendo tan brillante como era.

            Tengo diecisiete respondió.

            No pareces de diecisiete.

            Ella se rió.

            ¿Qué?

            Mi mamá siempre dice que nací con treinta y cinco años y que cada año me vuelvo más madura, se rió de nuevo y luego suspiró—. Bueno alguien debía ser el adulto.

            Eso aclaraba muchas cosas. Era fácil entender cómo la irresponsable de la madre había hecho madurar a la hija. Ella tuvo que crecer antes, para convertirse en su cuidadora. Es por eso que no le gustaba que cuidaran de ella, sentía como si ese fuera su trabajo.

            Tú tampoco pareces un adolescente de escuela secundariadijo ella, sacándome de mis pensamientos.

            Fruncí el ceño. Por cada cosa que yo percibía de ella, ella percibía mucho más a cambio. Cambie el tema.

            ¿Así que por qué tu madre se caso con Phil?

            Ella dudó un momento antes de responder.

            Mi madre... ella es mucho más joven para su edad. Creo que Phil la hace sentir aún más joven, de cualquier manera, ella está loca por él —ella asintió con la cabeza de manera indulgente.

            ¿Lo apruebas? pregunté.

            ¿Importa? —, preguntó—. Quiero que ella sea feliz y él es a quien ella quiere.

            La bondad de su comentario debió haberme sorprendió, excepto que eso encajaba demasiado bien en lo que había aprendido de su carácter.

            Eso es muy generoso... me pregunto si...

            ¿Qué?

            ¿Tendría ella la misma cortesía contigo? ¿Sin importar a quien escogieras?

            Esa era una pregunta tonta y no pude mantener mi voz casual mientras la hacía. Que estúpido era pensar que alguien me aprobaría a para su hija. Que estúpido pensar incluso que Bella me escogiera a .

            Eso... eso creo ella tartamudeó, reaccionando de alguna manera a mi mirada. ¿Era miedo? Pensé nuevamente en la Sra. Cope. ¿Cuáles eran las otras cosas que la delataban? Ojos como platos podrían significar las dos cosas. Aunque el revoloteo de pestañas parecía estar alejado del miedo. Los labios de Bella estaban medio abiertos…

            Se recompuso.

            Pero ella es la madre. Después de todo, es un poco diferente ella concluyó.

            Sonreí un poco.

            Nadie que asuste mucho, entonces.

            —¿A qué te refieres con que asuste mucho? ¿Múltiples perforaciones y grandes tatuajes? —me sonrió ampliamente.

            Esa es una definición, supongo una definición nada amenazante, a la de mi mente.

            ¿Cuál es tu definición?

            Ella siempre hacía las preguntas equivocadas. O posiblemente las correctas. Las que no quería responder, de ninguna manera.

            ¿Crees que yo puedo asustar? le pregunté tratando de sonreír un poco.

            Ella lo pensó antes de responderme en una voz muy seria.

            Hmm... Creo que podrías si te lo propusieras.

            Yo estaba serio también.

            ¿Te asustó ahora?

            Ella respondió rápido, sin pensarlo siquiera—: No.

            Sonreí de nuevo. No creí que me estuviera contando la verdad, pero tampoco creí que ella estuviera mintiendo. Ella no me temía lo suficiente como para irse, al menos. Me pregunté cómo se sentiría si le dijera que estaba teniendo esta conversación con un vampiro y luego me estremecí por dentro al pensar en su reacción.

            Así que ¿Ahora me vas a contar de tu familia? Seguro es más interesante que la mía.

            Una más terrorífica, al menos.

            —¿Qué quieres saber? —pregunté con cautela.

            ¿Los Cullen te adoptaron?

            Si.

            Ella dudo un momento y luego pregunto en voz baja.

            ¿Qué le paso a tus padres?

            Esto no era tan difícil, no tendría que mentirle.

            Ellos murieron hace mucho tiempo.

            Lo lamento murmuró, claramente preocupada por haberme herido.

            Ella estaba preocupa por . Qué sentimiento tan extraño, verla preocuparse, incluso de este modo común.

            La verdad no los recuerdo mucho—, le aseguré—. Carlisle y Esme han sido mis padres desde hace mucho tiempo.

            Y los quieres dedujo.

            Sonreí.

            Si, no podría pensar en dos mejores personas.

            Tienes mucha suerte.

            Lo sé en esas circunstancias, en cuestión de padres, no podría negarlo.

            ¿Y tus hermanos y hermanas?

            Si la dejaba preguntar muchos detalles, tendría que mentirle. Miré el reloj, decepcionado de que mi tiempo con ella se hubiera terminado pero al mismo tiempo aliviado. El dolor era severo y me preocupaba que la quemazón en mi garganta de pronto se volviera fuego y me controlara.

            —Y hablando de mis hermanos y hermanas, Jasper y Rosalie por ejemplo, van a estar molestos si les toca esperarme en la lluvia.

            Ah, disculpa, supongo que te tienes que ir.

            Ella no se movió. Tampoco quería que nuestro tiempo se terminara.

            El dolor no era tan malo en realidad, pensé. Pero debía ser responsable.

            Y probablemente querrás tu camioneta de vuelta antes de que el Jefe Swan llegué a casa así no tendrás que contarle del incidente de Biología sonreí al recordar su vergüenza cuando estuvo en mis brazos.

            Estoy segura de que ya se entero. No hay secretos en Forks dijo el nombre del lugar con distintiva frialdad.

            Me reí ante sus palabras. No hay secretos, así es.

            Diviértete en la playa miré la lluvia, sabiendo que no duraría mucho y deseaba más que nunca que no fuera así—. Buen clima para tomar el sol—. Bueno lo sería el sábado. Ella lo disfrutaría y su felicidad se había convertido en lo más importante. Más importante que la mía propia.

            ¿No te veré mañana? ella preguntó, la preocupación en su tono me reconfortó.

            No, Emmett y yo empezaremos el fin de semana antes.

            Estaba molesto conmigo mismo por haber hecho esos planes. Podría cancelarlos... pero no había nada como demasiada caza en este momento y mi familia ya estaba lo sufrientemente preocupada por mi comportamiento sin revelarles lo obsesivo que me estaba volviendo. Aún no estaba completamente seguro de que locura se había apoderado de mí anoche. De verdad necesitaba una manera de controlar mis impulsos. Quizá algo de distancia ayudaría.

            ¿Qué harán? preguntó, no muy feliz por la revelación.

            Más placer, más dolor.

            Iremos a acampar en las montañas de Goat Rocks, cerca del río Rainier.

            Emmett estaba desesperado por un oso.

            Oh, está bien diviértete dijo decepcionada, su falta de entusiasmo me complacía de nuevo.

            Mientras la miraba, comencé a sentir casi una agonía ante el pensamiento de decir una despedida aunque fuese momentánea. Parecía tonto dejarla fuera de mi vista, donde cualquier cosa podría pasarle y sin embargo, las peores cosas que podrían pasarle podrían ser resultado de estar conmigo.

            ¿Harías algo por mí este fin de semana? pregunté muy serio.

            Ella asintió, aunque claramente perpleja por mi intensidad.

            Mantenlo casual.

            No te ofendas, pero pareces una de esas personas que atraen los problemas como un imán. Así que... trata de no caerte en el mar o dejarte atropellar por algo, ¿de acuerdo?

            Le sonreí, esperando que ella no viera la verdadera tristeza en mis ojos. Cuanto deseaba que ella no estuviera mucho mejor lejos de mí, sin importar lo que quizá le pasaría allí.

            Corre, Bella, corre. Te amo demasiado, por tu propio bien o el mío.

            Ella se ofendió por mi pedido; debí haberme equivocado de nuevo. Me miró.       
          
          —
Veré que puedo hacer —soltó saliendo hacia la lluvia y azotando la puerta con toda la fuerza que pudo.

            Giré mi mano alrededor de la llave, acababa de sacar mi mano del bolsillo de su chaqueta e inhalé profundamente su esencia mientras conducía.

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